Industriales demandan preservar el empleo

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LA PAZ, La Cámara Nacional de Industrias (CNI), considera que no se debe aplicar un incremento salarial, durante esta gestión, porque la recuperación de la economía boliviana sería afectada negativamente y tendría un impacto negativo en el crecimiento del sector productivo, un aumento de la tasa inflación, la tasa de desempleo y del consumo de productos de contrabando, además de un mayor gasto para el Tesoro General de la Nación. Demandan preservar el empleo.

El presidente de la CNI, Pablo Camacho, puntualizó que el incremento salarial afectará las fuentes laborales e incrementará la informalidad, más de 10 mil fuentes laborales estarían en riesgo, aproximadamente 17% del 100% de la población cuenta con una fuente laboral estable y el resto continúa en el sector informal.

El sector industrial solicita que el tema sea abordado en un diálogo tripartito (Gobierno, trabajadores y empresarios), considerando la preservación de fuentes de empleo y que se encamine a la elaboración de una política laboral de largo plazo para una recuperación económica sostenida.

“Nuestra propuesta es de racionalidad económica y hay un factor que es la economía mundial; no podemos arriesgar la continuidad de la operación de nuestras industrias. No es una posición anual de decir no podemos, desafortunadamente el mundo ya no es el mismo que conocíamos antes de 2019“, subrayó Camacho.

Las industrias regionales fueron afectadas de diferente forma y, la mayoría, más allá de la cifra nacional; Chuquisaca registró una caída del PIB industrial del -21,84%, Pando -19,05%, Oruro -15,81%, La Paz -14,72%, Tarija -13,45%, Cochabamba -8,67%, Beni -7,49% y Santa Cruz -2,05%.

“El incremento salarial frenará la ansiada recuperación económica”,  y recién en 2023 la economía recuperará el PIB que registró antes de la crisis sanitaria, apuntó Camacho.

El  asesor de la CNI, Hugo Siles, aseguró que “muchas empresas en las regiones están con una escasa y casi nula capacidad para enfrentar un incremento salarial”.

Uno de los temas más críticos en el análisis del impacto de un incremento salarial es el desempleo. Las cifras muestran que producto de la pandemia 400.000 empleos fueron destruidos en el país de los cuales 70.000 estaban en el sector industrial.

Esto se reflejó en la tasa de desempleo de 2020 llegó a 8,2%, en 2021 a 5,36% y a enero de este año escaló a 6.33 lo que muestra que a pesar de los esfuerzos por reactivar la economía, la tasa de desempleo sigue creciendo y se ubica por encima de los años anteriores a la pandemia.

 

“Un incremento salarial no va a permitir recuperar los niveles de empleo y en todo caso, va a deteriorar los niveles de empleo que se han generado después de la pandemia”, añadió Siles.

CONTRABANDO

Sobre el contrabando, los industriales consideran que es uno de los males más serios para la economía boliviana, y que será beneficiado por el aumento salarial. Este fenómeno es alentado por la devaluación de las monedas de los países vecinos y en la estimación de la CNI, pasó de $us 1.000 millones en 1999 a $us 3.000 millones en 2021.

”Los incrementos salariales fomentan el contrabando que crece al doble de la economía y destruye el empleo formal”,  remarcó Siles.

Finalmente, con relación al impacto en las arcas estatales, el aumento de cada punto de incremento salarial equivale a $us 55 millones gasto que se reflejaría en que el déficit fiscal suba de 8,5% a 9% este 2022.

De acuerdo al análisis de los industriales cada punto porcentual de incremento equivale en realidad a 1,3% debido a que esto se extiende a bonos, dominicales, horas extras y otros. 

Atender este punto de incremento, equivale a dejar de contar recursos para construir y equipar un hospital de tercer nivel y 55 escuelas. (ACUERDOS/Jenny Rodríguez)