EL ALTO, La cuarentena ha impuesto un cambio brusco en la vida y cotidianidad de las familias, eso provoca incertidumbre y puede impactar en la vida de niños, niñas y adolescentes. Así lo resume Julia Velasco, quien destaca la violencia, el sustento económico y la educación formal como elementos para considerar a fin de responder a la población infantil. Velasco es la representante del proyecto de ECO JÓVENES Bolivia denominado “Tejiendo Redes Infancia”, una coalición internacional que actúa por los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Un primer elemento que identifica en falta es una campaña comunicacional dirigida a este sector de la población y en un lenguaje adecuado, que proporcione información verídica sin causar miedo. Velasco dice que la falta de información sobre el tema puede llevar a la ansiedad a los niños, pues muchos de ellos comienzan a sentir temor de que sus padres salgan a la calle a hacer compras o por trabajo.
VIOLENCIA
La información dirigida a la niñez es un elemento entre otros igual de importantes. Velasco explica que la violencia no se suspende con la cuarentena, y esta situación solo obliga a muchas mujeres y niños a convivir La violencia no se suspende con la cuarentena, y esta situación solo obliga a muchas mujeres y niños a convivir con sus agresores, sin contar con un mecanismo (número telefónico, oficina abierta, etc.) para pedir auxilio.
con sus agresores, sin contar con un mecanismo (número telefónico, oficina abierta, etc.) para pedir auxilio. El estrés de los adultos, provocado por buscar un sustento diario en un contexto incierto, podría agudizar los niveles de violencia hacia los niños. La situación de la violencia dirigida a los niños en las familias está inserta en la sociedad boliviana incluso como una práctica de crianza, aunque ese es un motivo que va junto con la desestructuración familiar, la negligencia parental, una falta de comunicación en la familia y la carencia de valores y educación. En menor medida, pero con un peso importante, está también la si
tuación socioeconómica como un elemento que propicia la violencia hacia los niños.
SITUACIÓN ECONÓMICA
“Si ya antes tenían problemas en su sustento económico, ahora es crítica la situación. Esto también genera niveles de violencia”, añade Velasco. El hecho es que la presión para garantizar la sobrevivencia, con las actividades económicas suspendidas, es más fuerte para las personas que trabajan por cuenta propia y deben buscar cubrir sus necesidades cada día. La falta de ingreso de los adultos en ciertos sectores del país deriva también en una desprotección de los niños y niñas de esas familias, quienes podrían ver resentida todavía más su alimentación que es determinante para su crecimiento y desarrollo. “El impacto de la pobreza es mayor en los niños”, puntualiza. No es una novedad, pero sí existe la necesidad de un recordatorio de ese hecho que vaya tanto hacia la sociedad como hacia los administradores del gobierno para planificar una respuesta que está tardando en llegar.
LA ESCUELA
Algo completamente nuevo en esta crisis de salud es la suspensión extendida de las clases en el sistema escolar. Velasco explica que definitivamente el sistema educativo no ha sido planificado para una cuarentena extendida, algo evidente cuando el Ministro de Educación se manifestó reacio a suspender esta actividad en un primer momento. Aunque se ha anunciado la realización del curso a distancia, aún no se sabe cómo sucederá esto. El problema es que para ello se necesita un soporte técnico y económico previamente incluidos en una planificación. Al respecto, Velasco considera que se debe pensar en una dotación de equipos para los estudiantes y el acceso a la red Internet de manera gratuita, como elementos mínimos y básicos. (PIEB)