Bolivia iniciará tratamiento con plasma sanguíneo ‘hiperinmune’ en pacientes con COVID-19

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La Paz, 15 may (UC/MS). –  A partir de la siguiente semana, Bolivia dará inicio al tratamiento de algunos pacientes con coronavirus (COVID19) con plasma sanguíneo ‘hiperinmune’, obtenido de contagiados con el virus que generaron anticuerpos y lograron recuperarse.

«Estamos haciendo la separación del plasma convaleciente o hiperinmune de pacientes recuperados de los hospitales de La Portada y del Norte, y la siguiente semana vamos a enviar a más hospitales COVID-19», anunció el responsable nacional del Programa de Sangre, del Ministerio de Salud, Dr. Ignacio Alurralde.

El Dr. Alurralde explicó que el plasma hiperinmune se obtiene a través de un proceso de aféresis (supresión) con equipos para tal fin, incluso el líquido obtenido puede preservarse refrigerado durante un año, manteniendo los anticuerpos. El plasma de un donante podrá ser administrado de dos a cuatro personas, dependiendo de las dosis.

«Por plasmaféresis se puede obtener hasta 1.000 centímetros cúbicos de plasma, y servirían para hacer 4 dosis, pueden ser dobles o sencillas, una sola dosis para cuatro pacientes, si se utiliza de a dos dosis, serviría para dos pacientes», agregó.

El protocolo para la transfusión del plasma hiperinmune con fines terapéuticos en COVID-19, fue autorizado por el Ministerio de Salud bajo consentimiento informado y estudio de resultados; sin embargo al ser un tratamiento experimental, no todos los contagiados podrán recibirla, ya que dependerá de ciertos criterios médicos.

Por ejemplo, las mujeres embarazadas, que estén dando de lactar, o pacientes que recibieron varias transfusiones de sangre, entre otros, no pueden recibir el plasma hiperinmune, y los donantes deben ser mayores de edad, que no hayan presentado complicaciones, entre otros criterios establecidos en el protocolo.

Alurralde explicó que el uso de plasma sanguíneo no es nuevo en el país, ya se utilizó en los años 60 para tratar la fiebre hemorrágica de San Joaquín, en Argentina se utilizó contra el arenavirus y en los últimos meses comenzó a utilizarse en China e Italia para tratar el COVID-19.