LA PAZ
En un informe sobre la coyuntura económica presentado, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, destacó que, a pesar de las presiones inflacionarias externas, Bolivia tiene uno de los Índices de Precios al Consumidor (IPC) más bajos de América Latina.
Entre diciembre de 2020 y septiembre de 2024, el IPC de Bolivia se situó en 112,1 puntos. En este mismo periodo, el de la zona Euro fue de 120,4; Estados Unidos, 120,9; Perú, 121,4; India, 122,7; Paraguay, 123,2; Reino Unido, 123,0; México, 124,5; Brasil, 125,3; Uruguay, 128,3; Chile, 129,9; Colombia, 136,2 y el de Argentina, 1.783,8.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) informó que la inflación acumulada en Bolivia a septiembre de 2024 es del 5,53%. Montenegro explicó que este aumento se debe principalmente a los productos importados, como los artículos de limpieza e higiene personal, entre los cuales se encuentran la pasta dental (51,66%); champú en frasco (15,24%), pañales desechables para bebé (23,76), entre otros.
“Si los precios de los bienes importados aumentan en sus países de origen, también se incrementan aquí, independientemente del componente del dólar, que también influye”, afirmó.
Pese a este escenario, Montenegro subrayó que la estabilidad de precios en el país se ha mantenido durante los últimos 18 años, gracias al Modelo Económico Social Comunitario Productivo implementado en 2006. “Tenemos el IPC más bajo de América Latina, salvo Ecuador. Esta es una prueba de que el Modelo Económico Social Comunitario Productivo ha logrado sostener esta estabilidad (…)”.
Aunque las presiones inflacionarias regionales y globales son fuertes, el Gobierno Nacional reiteró su compromiso de continuar trabajando para estabilizar el costo de la canasta familiar.
Las presiones inflacionarias que enfrenta el país son, sobre todo, externas, como la inflación mundial, que en 2024 se prevé que alcance el 5,3%; el aumento de los fletes de transporte —aunque el precio de un contenedor de 40 pies bajó de un máximo de $us5.937 en julio a $us3.489 a principios de este mes, sigue lejos del promedio anual de $us1.674 de 2023—, y el incremento en el precio de los insumos utilizados por los productores nacionales.
A esto, se suma el contrabando a la inversa, derivado de los precios elevados en países vecinos, lo que provoca la salida ilegal de productos nacionales, sobre todo alimentos, hacia mercados de países vecinos afectados por la crisis climática. “El costo de vida en los países limítrofes genera presión para que estos productos salgan”, precisó Montenegro, en referencia a Perú, Argentina y Brasil, donde se comercializan productos bolivianos.
El kilo de arroz en Argentina cuesta, por ejemplo, $us 3,09; en Chile, $us 2,43; mientras que en Bolivia es de $u s1,69. El kilo de tomate en Argentina está en $us 3,60; en Chile, $u s2,21; en Paraguay, $us 1,90; en Perú, $us 1,28 y en Bolivia, $u s0,78. El kilo de la carne de pollo cuesta $us 3,02 en Chile, $us 2,63 en Argentina y, $us 2,39 en Bolivia. Esta diferencia incentiva la exportación ilegal, ya que los mayoristas buscan mayores márgenes de ganancia.
Montenegro mencionó también factores internos que presionaron al alza la tasa de inflación, como las condiciones climáticas adversas —sequías y heladas—, que impidieron, por ejemplo, la siembra de invierno de sorgo, un componente esencial en la alimentación avícola, y los bloqueos de carreteras, que impactaron la producción nacional de alimentos.
A pesar de estas presiones, el ministro aseguró que el Gobierno continuará defendiendo la economía popular y la estabilidad de precios. Para ello, activó mecanismos como los controles de precios y peso para evitar el agio y especulación, las ferias “Del campo a la olla”, el refuerzo de controles de la Aduana Nacional y del Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando.
Montenegro también destacó que hay productos de la canasta familiar cuyo precio ha disminuido en lo que va del año, como la zanahoria (-38,36%), la cebolla (-25,55%), la papa (-15,69%) y la arveja (-11,39%), entre otros, aunque este fenómeno ha pasado desapercibido para los medios de comunicación. (ACUERDOS/rjra)