LA PAZ.- “La pandemia por el coronavirus afectó a todo el planeta. Sin embargo, al analizar el riesgo en cada uno de los sectores que atendemos vimos que nuestra cartera productiva continuaba mostrando su fortaleza y definimos una estrategia de apoyo para los clientes en el área rural, donde estamos presentes desde la creación de Ecofuturo”, indicó Gustavo García, gerente general de Ecofuturo.
“ Destacamos que nuestra cartera productiva con tasa regulada, llegó en septiembre de este año al 57,14% del total de la cartera crediticia, un porcentaje mayor a similar periodo de 2019 cuando alcanzamos el 56,59%. Esta cartera productiva crece desde 1998 favoreciendo principalmente a los microempresarios agricultores y micro y pequeños empresarios en las áreas urbanas del país”, acotó.
En estos meses, Ecofuturo observó que el sector agropecuario se potenció porque su producción tuvo demanda y al estar cerradas las fronteras por la pandemia el contrabando de alimentos se redujo. “Nuestra vocación está en prestar servicios financieros en el área rural y el banco cuenta con un plan estratégico de apoyo al sector productivo. Sabemos que no es fácil llegar a estas zonas, nuestros oficiales de crédito deben viajar a veces más de dos horas para visitar a los clientes y continuamos porque esto es inclusión financiera. Si bien la tasa regulada es baja en el área rural, esperamos que el nuevo gobierno pueda darle sostenibilidad a este producto que genera desarrollo productivo en el país”, precisó García.
El crédito agropecuario subió a 151.306.043 dólares hasta septiembre de este año, un punto porcentual mayor que el año pasado cuando en similar periodo el monto llegó a 150.183.904 dólares. Cabe puntualizar que el crédito agropecuario corresponde hoy al 31% de la cartera total del banco. De este porcentaje, el 23% corresponde al financiamiento de cultivos de hortalizas de raíz y tubérculos; le sigue el cultivo de cereales con el 18%; los cultivos de oleaginosas son el 12%, las frutas el 8% y el resto financia la cría de ganado vacuno y otros emprendimientos que aportan a la diversificación de producción de alimentos en todo el país.
Por ejemplo, en Chuquisaca, el financiamiento a cultivos de ajo, cebolla, ciruela, damasco, durazno, guinda y otras frutas abre nuevas oportunidades de competir en el mercado interno. En Tarija, cultivan alcachofa, coliflor, brócoli, berenjena, espárrago, tomate, pepino, ají y otras hortalizas que marcan una diferencia en los nuevos negocios agrícolas; sin olvidar el cultivo de la caña de azúcar y de la remolacha azucarera. En Santa Cruz, los productores de trigo, arroz, maíz, centeno, avena, sorgo, cebada, cañahua y quinua buscan ofrecer una oferta atractiva en cereales. En otros departamentos, los emprendimientos impulsan negocios de helados, vinos, flores, quesos, cría de ganados vacuno, bovino, porcino, llama, alpaca, vicuña.
El mercado agropecuario crece porque se generan varias actividades comerciales durante la siembra y la cosecha; por tanto, la difusión financiera es clave para dar apoyo a los microempresarios agricultores. En este rumbo, hasta septiembre del presente año el número de prestatarios de Ecofuturo subió a 70.535 clientes, un número mayor a los 68.325 de los clientes de la cartera productiva que se tenía en 2019. Cabe destacar que de ese total, 36.918 son clientes que están en el área rural y 33.617 están en el área urbana. (ACUERDOS/rjra)