CIUDAD DE EL ALTO, DESTINO TURÍSTICO DE ALTURA

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Giannina Machicado

El Alto, ciudad más joven de Bolivia y la segunda más poblada y de mayor crecimiento en el país, ubicada en la provincia Murillo del departamento de La Paz, cuenta con múltiples particularidades geográficas, sociales y culturales que la hacen atrayente ante los ojos del mundo, convirtiéndola en la actualidad como un destino turístico con gran proyección para quienes visitan el país desde otras latitudes del globo. Para potenciar estas cualidades, “se requiere capital humano idóneo capaz de planificar, administrar y gestionar los recursos y proyectar las mejores cualidades de la ciudad”, manifiesta Ángela Loayza, profesional especialista en Turismo.

Ser una de las ciudades más altas del mundo, a 4.150 metros sobre el nivel del mar, su arquitectura neo andina o popularmente llamada “cholet”, el contraste entre la modernidad, reflejada a través del Teleférico con sus innumerables e imperdibles vistas y paisajes desde muy cerca del cielo, y los rituales ancestrales que conviven en un mismo espacio, el Huayna Potosí – gigante coloso de nieve que la protege – y, desde luego, la cultura aimara, arraigada hasta los huesos en sus habitantes, son solo algunos detalles que hacen que El Alto se constituya en un punto de referencia para los turistas.

Desde el ecoturismo o turismo de naturaleza, hasta experiencias esotéricas, pasando por recorridos en atractivos arquitectónicos, en El Alto confluyen culturas, tradiciones, pasado y presente, cualidades que la convierten en un potencial destino turístico, que requieren de planes y proyectos eficaces que ayuden a desarrollar la actividad turística del lugar.

“La ciudad de El Alto es un lugar que enamora con la sencillez de su gente, el colorido de su arquitectura y su invaluable cultura, pero, para posicionarse como un destino turístico se requiere aunar esfuerzos entre el sector público, privado, académico y otros actores para lograr una planificación turística en la que se incluyan rutas y circuitos que destaquen los principales atractivos y servicios turísticos de El Alto”, afirma Viviana Valda, jefa de la Unidad de Promoción Turística del Viceministerio de Turismo.

TURISMO, TERCER RUBRO MÁS IMPORTANTE

A lo largo de los años, según datos del Foro Económico Mundial, el turismo se constituyó en uno de los principales segmentos generadores de ingresos para Bolivia, llegando en 2019 a convertirse en el tercer rubro más importante del país, solo por debajo de los hidrocarburos (exportación de gas) y de la minería (exportación de oro y zinc). La misma fuente señala que, con excepción del periodo afectado por la pandemia del COVID-19, en lo que va del Siglo XXI, el turismo tuvo un crecimiento sostenido, representando el 10% de los empleos.

La Red de Soluciones Sostenibles para el Desarrollo Bolivia (SDSN, por sus siglas en inglés) destacaba que antes de la crisis sanitaria, en el país, el turismo ya generaba más puestos de trabajo que la minería e hidrocarburos juntos; “además, los puestos de trabajo en el sector turismo proveen mejores condiciones laborales que los otros sectores, impactando así también la calidad de vida de los trabajadores”, cita parte del documento.

“El turismo ha vuelto a ser una de las actividades económicas más importantes del mundo, pero hay que comprender que las motivaciones turísticas han cambiado, hoy las personas buscan aventura y adrenalina, descanso, quieren descubrir el mundo; tras la pandemia y las cuarentenas, estas se han convertido en necesidades inevitables, sin olvidar que no buscan solo un viaje, buscan una experiencia llena de emociones y recuerdos capturados y posteados en redes sociales. Por ello, la necesidad de profesionales en turismo, quienes no sólo facilitan un viaje, diseñan experiencias únicas e inolvidables para los visitantes como también planifican para que las ciudades y comunidades receptoras se beneficien de esta actividad”, agrega Loayza, también docente de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo en UNIFRANZ El Alto.

La experta considera que, si bien El Alto es una ciudad emergente, también es una ciudad trabajadora capaz de visibilizar todo el valor cultural y natural que posee, a través de diversas iniciativas generadas por los profesionales del área como servicios turísticos (transporte, alimentación, hospedaje, empresas de viaje, transporte), diseño de productos turísticos (city tours, tours por los chalets, circuitos turísticos por diversos atractivos naturales como la ruta Qhutaña, Huayna Potosí, Valle de Kakhe Marka, entre otros), diseño de nuevas formas de hacer turismo: birdwatching (observación de aves), turismo educativo e industrial, entre otros, con la ayuda de la tecnología, como herramienta esencial en el desarrollo de cualquier rubro.

El trabajo colaborativo entre las instituciones y actores del turismo, sumado a la gestión de soluciones integrales y proyectos adecuadamente planificados por parte de profesionales integrales, son imperantes para ubicar a la urbe alteña en la vitrina del sector turístico en el país y el aprovechamiento de sus beneficios como la creación de fuentes de trabajo, el fortalecimiento de la economía o el desarrollo de sus comunidades.

“El turismo, en términos generales, es un motor para el desarrollo de las economías del mundo; sin duda, este sector contribuye a la generación de divisas, desarrollo empresarial, crecimiento económico, creación de fuentes de empleo y mejora en la calidad de vida”, añade Valda.

Para la especialista, la idea de que el turismo pueda constituirse en una fuente de desarrollo económico para El Alto es viable, sin embargo, manifiesta que se debe reforzar el trabajo en algunos aspectos como: la construcción de la imagen de la ciudad de El Alto como una ciudad “amigable” para el visitante (con seguridad, educación vial, calles limpias); se deben identificar, clasificar y jerarquizar atractivos turísticos; mejorar y consolidar los servicios y productos turísticos; implementación de estrategias de seguridad ciudadana, como también puntos de Información Turística.

APORTE PROFESIONAL

La docente universitaria considera fundamental que los futuros profesionales puedan aportar al desarrollo de la ciudad a partir de habilidades de innovación, desarrollando su creatividad en base a sólidos conocimientos en cuanto a sostenibilidad, competitividad y calidad, que les permita proponer nuevas formas de hacer turismo, “ser investigadores, ser empáticos, valorar su ciudad y comprender los cambios del entorno”, añade.

La profesional también hace énfasis en la importancia de la práctica, como eje esencial en la formación de los estudiantes para que, al ingresar al mercado laboral, cuenten con las herramientas necesarias para aportar al desarrollo de su comunidad, a partir de la actividad turística. #UNIFRANZElAlto