COCHABAMBA. Representantes de organizaciones sociales, integrantes del Pacto de Unidad, senadores, diputados, autoridades departamentales y municipales visitaron la Planta de Amoniaco y Urea (PAU) para conocer la situación en que se encuentra y como parte de la tarea de control social que realizan en defensa de los intereses nacionales.
En la ocasión, el presidente ejecutivo de YPFB, Wilson Zelaya, recibió en instalaciones de la planta en Bulo Bulo, una numerosa comitiva que realizó un breve paseo por las mismas habida cuenta las limitaciones impuestas por la pandemia que afecta a los habitantes de todo el planeta.
“Realmente me siento muy complacido de que ustedes estén aquí como entes fiscalizadores y controladores de nuestra labor. Nosotros somos servidores de la patria y estamos a disposición suya para entregar lo mejor que tenemos, lo mejor de nuestro conocimiento para conducir la empresa”, manifestó Zelaya.
Recordó que gracias a la gestión del presidente Evo Morales, a partir del 2012, y de autoridades de YPFB, como también de gente visionaria que apostó por la industrialización, es que se iniciaron los primeros trazos de esta planta; y es así que en el año 2017 se la puso en marcha.
El 14 de septiembre del 2017 arrancó la parte de producción de la PAU con el gas transportado desde Carrasco a través del gasoducto que construyó YPFB Transporte.
El máximo ejecutivo de la estatal petrolera recordó a los asistentes que entre el 2017 y el 2019 la producción de la PAU despegaba, y que los ingresos para el país empezaban a retornar con la gran inversión de los 957 millones que costó implementar la planta. “Las malas decisiones de malos gobernantes, hicieron que la planta se pare y produzca un daño económico muy grande al país”, lamentó Zelaya.
La autoridad petrolera también explicó a los asistentes que la pérdida causada por la paralización de la PAU no sólo es porque se dejó de vender urea, sino también por la pérdida de credibilidad en los mercados a los que trabajosamente se había logrado ingresar como los de Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, Perú y por supuesto, el mercado interno boliviano.
