REDACCIÓN CENTRAL
Los ciberatacantes ahora trabajan de un modo más inteligente. En lugar de lanzar campañas indiscriminadas, actualmente invierten en reconocimiento, escaneando redes a un ritmo de 36.000 intentos por segundo. Entre enero y junio de 2025, se detectó 77 millones de escaneos activos en Bolivia; y se usa herramientas basadas en inteligencia artificial (IA) que identifican servicios vulnerables, para automatizar el camino desde la intrusión hasta la explotación.
El último reporte del laboratorio de inteligencia y análisis de amenazas de Fortinet, multinacional que desarrolla y comercializa soluciones de ciberseguridad para proteger redes, dispositivos y la nube contra amenazas, revela que durante la primera mitad de este año, Bolivia fue víctima de 155,5 millones de intentos de ciberataques. Y cabe apuntar que, como región, Latinoamérica representó el 25% del total de detecciones a nivel global.
Los ambientes de tecnología de información (TI) y tecnología operacional (OT), que respaldan la infraestructura crítica de nuestra región enfrentan un panorama urgente y riesgoso debido a ciberamenazas cada vez más focalizadas, persistentes y automatizadas.
De acuerdo con el Reporte Global de Amenazas 2025 de Fortinet, los entornos de OT hoy ya no son daño colateral, sino que han empezado a convertirse en objetivos primarios. El documento indica que “los cibercriminales están utilizando amenazas persistentes avanzadas (APTs) dirigidas a las redes industriales no solo para robar datos, sino también para interrumpir servicios críticos, exigir rescates o incrustarse para una futura explotación”.
Las redes de infraestructura crítica son, sobre todo, atractivas para los grupos de ransomware. “Se está viendo un cambio de secuestro de datos a secuestro de servicios. La industria manufacturera es, por segundo año consecutivo, la vertical más atacada”, apunta el Reporte.
Los atacantes ahora determinan exactamente cuánto daño causaría un retraso en la línea de producción, e incorporando esa información en sus manuales de extorsión. Las industrias de manufactura, telecomunicaciones, salud y servicios financieros continúan experimentando un surgimiento en ciberataques personalizados, con adversarios desplegando explotaciones específicas por sector.
La IA, arma de doble filo
La IA está siendo usada para reformar el panorama de amenazas en ambos lados del espectro. Del lado ofensivo, los atacantes utilizan hoy herramientas personalizadas como FraudGPT y WormGPT para generar correos de phishing, mapear superficies de ataque y automatizar campañas sumamente realistas de ingeniería social a una velocidad espeluznante.
Por el lado defensivo, soluciones como las de Fortinet integran hoy en su estructura de seguridad tanto IA discriminativa para detectar malware nuevo, como IA generativa (GenAI) para resumir y priorizar alertas. La IA generativa impulsa el desarrollo de los analistas, reduce el agotamiento y ayuda a disminuir el tiempo medio de respuesta. Es decir, donde el personal cualificado suele ser limitado, la inteligencia de amenazas basada en IA, combinada con el contexto específico del dominio, puede tener un impacto significativo en la detección y la respuesta.
La modernización en entornos industriales agrava aún más el riesgo cibernético. Con el continuo crecimiento de la IT industrial, el 5G, las redes celulares privadas y los modelos de gestión directa a la nube, hay más dispositivos conectados que nunca y su exposición es cada vez mayor.
En ese sentido, las tres prioridades principales para los defensores son cerrar las brechas básicas de seguridad, invertir en SecOps informada contra amenazas y planear para lo inevitable. (ACUERDOS)