LA PAZ, Bolivia recibió alrededor de $us 50.000 millones por concepto de renta petrolera, en 16 años, “gracias a la nacionalización de hidrocarburos” .
Durante las privatizaciones, en la época neoliberal, las empresas privadas se llevaban la mayor parte de los ingresos por la venta de gas a Argentina y Brasil, mientras que Bolivia solo se quedaba con el 18%, pese a que era el dueño del gas. Esta situación cambió radicalmente el 1 de mayo de 2006, mediante el Decreto Supremo “Héroes del Chaco”, momento en el que se comenzó a escribir una nueva historia para desarrollo del país, ya que todos los recursos hidrocarburíferos fueron nacionalizados por el entonces presidente Evo Morales y ese porcentaje de ingresos se incrementó a 82%.
“Después de 16 años, los resultados de la nacionalización son visibles. El país ha percibido por concepto de renta petrolera alrededor de $us50.000 millones. Estos ingresos permitieron ejecutar proyectos de salud, educación y de otros sectores, además, posibilitaron financiar programas y bonos sociales como la Renta Dignidad, el Bono Juancito Pinto, el Bono Juana Azurduy y otros, que se enmarcan en la política social de distribución de la riqueza”, señaló el ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina.
Las universidades y los gobiernos departamentales y municipales también se fortalecieron con la redistribución del ingreso proveniente de la renta, ya que además de regalías, la Ley de Hidrocarburos Nº 3058 y el decreto viabilizaron la creación del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), que beneficia a las regiones productoras.
REDES DE GAS
Gracias a la Nacionalización, que permitió incrementar los ingresos para Bolivia, y a la política de redistribución de la riqueza, se pudo ejecutar obras que amplían el uso del gas boliviano e favor de las familias bolivianas a través de redes domiciliarias.
“Antes era un lujo tener gas domiciliario, pero esto cambió gracias a la política del gobierno nacional y en 16 años hemos ampliado a más de 1,1 millones de hogares este beneficio. Es decir, hemos mejorado la calidad de vida de más de 5,4 millones de bolivianos en todo el territorio nacional”, explicó Molina.
INDUSTRIALIZACIÓN
Asimismo, la Nacionalización de los hidrocarburos abrió el camino para que Bolivia pueda convertirse en un país industrializador, generando valor agregado al gas mediante la producción de Gas Licuado de Petróleo (GLP) y la urea.
“Hasta 2012 éramos un país importador de GLP. Sin embargo, Bolivia comenzó a tener mayores recursos y fortalecer su economía gracias al pilar de la nacionalización. Esto nos permitió construir las plantas de Río Grande y Gran Chaco. Hemos ido incrementando nuestra producción y nuestros ingresos de tal modo que 2021, pese a que veníamos de un golpe de Estado, triplicamos nuestros esfuerzos y conseguimos batir récords consiguiendo una producción de 426.738,4 toneladas métricas (TM) que se comercialización por $us140,4 millones en los mercados interno y externo”, señaló el ministro.
Del mismo modo, la Planta de Amoniaco y Urea, que entró en operaciones en 2017, se constituye en el estandarte de la industrialización del gas. Esta mega obra, que es de gran importancia para el país por los ingresos que genera y por su contribución al agro nacional, fue gravemente afectada en el gobierno de facto en 2020, ocasionando pérdidas económicas que superan los $us450 millones para el Estado.
“Sin embargo, por mandato de nuestro presidente Luis Arce, hemos reactivado esta planta en septiembre de 2021 y desde ya ha mostrado que genera ingresos importantes. La PAU alcanzó hasta marzo de 2022 el mayor registro de producción de urea en un mes con 41.417 TM desde que se reanudaron sus operaciones; desde septiembre de 2021 ha fabricado un total de 267.258 TM hasta el mes pasado, generando más de $us123,3 millones para el país”, detalló.
La nacionalización de los hidrocarburos, que hasta 2005 estaban en poder de empresas transnacionales, tuvo un notorio impacto positivo en la economía boliviana, reflejada en un crecimiento económico histórico para el país y en el desarrollo hacia la industrialización.
Este crecimiento económico, reflejado en la renta petrolera, significa un ingreso para el Tesoro General de la Nación (TGN) y en segundo lugar genera ingresos de divisas al país, por lo tanto, este ingreso de divisas mejora la acumulación de las Reservas Internacionales Netas (RIN), lo que repercute en la solvencia del Estado boliviano. (ACUERDOS)